Los buenos libros son como mansos animales que se desperezan cuando les acariciamos el lomo y nos muestran su panza para invitarnos al juego, mas no dudan en darnos un buen mordisco para hacernos salir de las garras de la cotidianidad.
Para crear estas nobles criaturas, en Cataplum escarbamos como los topos en la memoria colectiva y exploramos en las raíces que nos conectan como latinoamericanos y recuperar así la tradición oral, el juego y sus diversas e inagotables posibilidades. Como los cerdos buscadores de trufas, desarrollamos un fino olfato para conseguir textos de autores de ayer y de hoy. Como los conejos saltamos de aquí para allá, rastreando ilustradores con novedosas propuestas y, como las águilas, hacemos el esfuerzo de ver desde la distancia cómo pueden convivir texto e imagen armoniosamente.
Nuestro catálogo, entonces, está concebido como una criatura viva, que empezó pequeñita como las crías de oso, pero con el potencial para alcanzar un gran tamaño y transformarse en una criatura fabulosa, de esas que combinan las mejores cualidades de nobles animales y tienen el poder de encantar.